Nuestros Fundadores

Nuestros Fundadores

Santa Teresa de Jesús

(Ávila 1515 – 1582)

Doctora de la Iglesia y mujer apasionada que, durante muchos años, a decir verdad, no fue ni muy santa ni muy de Jesús; hasta que como monja ya carmelita, descubre la belleza del Dios enamorado que la enamora, al saberse buscada desde siempre por la Humanidad de Cristo que la humaniza cada día más, haciendo de su existencia una vida nueva, e impulsándola a recrear y refundar la Orden del primitivo Carmelo Calzado, como nuevo Carmelo Descalzo.

Desde entonces, las nuevas y pequeñas comunidades de frailes y monjas, comenzaron a cuidar, cultivar y acrecentar cotidianamente la amistad con Jesús, desde la vida orante al servicio de la Madre Iglesia.

En sus escritos autobiográficos, («Vida», «Moradas», «Camino de Perfección», «Fundaciones…», etc.) encontramos revelados los caminos eficaces para llegar a la intimidad más profunda con Dios en esta vida: el Matrimonio Espiritual. Los resultados comprobados, están exhibidos en la multitud de santos carmelitas que precedieron a Santa Teresa, hasta el día de hoy.

San Juan de la Cruz

(Fontiveros, 1542-1581)

Fraile carmelita atraído por Santa Teresa de Jesús para refundar juntos el Carmelo, providencialmente en el momento en que Juan, decepcionado en su necesidad de una mayor experiencia afectiva con Dios, huía hacia la Cartuja.

En sus poesías y escritos mayores («Subida», «Noche», «Cántico» y «Llama», y otros escritos menores), nos revela el éxito de la vida espiritual, garantizado por el Dios que no decepciona, aunque por momentos debamos transitar por la oscuridad de noches cerradas, hasta llegar a la llama incandescente del Amor que todo lo transforma; tocando, quemando, cauterizando, consumiendo y fundiendo el alma, hasta llegar a la cima del monte: la unión con Dios.

La fina comprensión de sus propios procesos espirituales y psicológicos, y de quienes se confiaron a sus consejos, sumados a la pasión fiel por Jesús, le merecieron el título de Doctor de la Iglesia.